Escribir y Mi Regla de Tres Simple


 Escribí muchas cosas basado en la inspiración, simplemente cosas que venían a mi cabeza, también escribí muchas otras basado en la inercia, venia el primer verso a mi mente y de ahí hilaba el resto. La mayoría de esas cosas ya no existen… ¿Por qué?
 Porque todavía no había forjado mi Regla de Tres Simple, hoy me parece obvio, demasiado obvio incluso, pero durante mucho tiempo, sobretodo la niñez, no tenia la mas puta idea de como escribir un texto, ok, ahora tampoco, pero ahora al menos alcanzo una idea de terminación que permite preservarlos con cariño y hasta publicarlos en este blog.
 El problema era no entender algunas cosas, que repito son básicas, pero yo siempre fui lerdo para entender y tuve que esperar hasta empezar la universidad para que una profesora me lo dijera y fuera una epifanía.
 Los textos no son (solo) inspiración, no son eso que surge en nuestra cabeza, empece a darle vueltas a esa idea y a revisar porque no me cerraban las cosas que hacia, no me satisfacía lo que escribía y me di cuenta que necesitaban tres cosas simples para alcanzar un nivel que mínimamente me hicieran sentir satisfecho con lo escrito. Estas tres cosas a hacer son ajenas a la inspiración, no me acuerdo quien dijo “1% inspiración, 99% esfuerzo”, y coincido, por eso escribo tan mal, me falta como 95% de esfuerzo.
 El tema es que mas allá de la inspiración me di cuenta que necesitaba hacer tres trabajos sobre cada texto:

Leer más

Sobre Los Años Lacrimosos

 Una pequeña aclaración: no especifico las cosas que escribí en los Años Lacrimosos (referencia a una etapa especifica de mi vida) por renegar de ellos, no, lo hago porque me gusta diferenciar la capacidad de no sentirme identificado con esos textos ahora, y para explicar, también, porque hoy por hoy me cuesta demasiado escribir cosas similares: simplemente ya no vivo las cosas de la manera que me llevaban a escribir así, no lo veo como algo ni bueno ni malo, solo es así.
 Incluso una de las cosas que aun trato de resolver es como encarar una poesía sin tener ese tipo de inspiraciones, fue por esto que después de esa época escribí poesías basadas en el humor; basadas en experiencias ajenas; basadas en usar otra vivencia, como pelearme con un amigo; para disfrazarlo de poesía romántica. Porque en el fondo me sigue gustando escribir poesías, pero no estoy logrando que cosas no románticas que escribo me gusten de la misma manera que las cosas que escribía en Los Años Lacrimosos, es un pequeño conflicto que estoy tratando de resolver, y no, no se trata sobre volver a vivir cosas así, se hace muy difícil la idea de que pase, cambie demasiado, no para bien o para mal, simplemente, cambie.
 Creo que también la etiqueta Los Años Lacrimosos sirve como advertencia “vas a leer algo probablemente muy triste, y que de te de ganas de vomitar arcoíris”, leelo bajo tu propia responsabilidad.
 Saludos!

Leer más

Sobre los breves comentarios


 La mayoría de las cosas que publico, incluso poesías terminadas, llevan un breve comentario de mi parte, creo que es un poco extraño, incluso pedante y denso leer las propias explicaciones del autor, sin embargo también creo que enriquece bastante lo posteado. Nada de lo que publico vale demasiado por si mismo, y a mi en lo personal siempre me gustan los comentarios de autor, así que trato de que sean cosas breves, puntuales y que me resultaria interesante leer si estuviera del otro lado.
 Pienso también que los breves comentarios le pueden servir a personas que estén tratando de encontrar una manera personal de escribir, para comparar experiencias, para imitar mientras se busca una manera propia de trabajar, para sentirse menos mal con lo que se escribe, porque si yo no tengo vergüenza de postear estas cosas por qué vos deberías tener vergüenza de postear lo tuyo que seguramente es mejor, ahre.
 Espero que disfruten estos breves comentarios como yo disfruto escribiendolos, en muchos casos me parecen mejores que el texto que estoy comentando.
 Saludos!

Leer más

El nombre es todo

 Este es el primer post de mi primer blog, otro blog condenado al abandono.
 Decidí nombrarlo “El nombre es todo”, básicamente porque soy de los que creen que el nombre es todo y porque la frase siempre me recuerda a esta declaración de Tim Schafer. Respecto al nombre tuve 3 candidatos, el que elegí, en parte porque si bien el nombre es todo no quería bloquearme antes del primer post pensando el nombre del blog (sería muy capaz). También había pensado “Solo lo que se pierde…“ pero en realidad es el nombre del cuento largo/novela corta que tengo mas avanzado y que esta tambien a años luz de cualquier posibilidad de ser terminado. Por otro lado me tentaba llamarlo “miedo a morirse” o “el miedo a morirse” porque suelo hacer el chiste de que solo me da miedo morirme cuando estoy muy ansioso por escribir algo, o empezar a escribir algo, y se me ocurre que seria gracioso morirme justo antes de poder hacerlo, pero creo que sin contexto no se entendía la humorada. NOTA: igual muchas veces no escribo lo que se me ocurrió volviendo el “miedo a morirse” en un doble chiste.
 En fin, seguramente aca terminen todas esas porquerias que escribí, muchas realmente inconclusas, de cualquier manera estaré contento si la condena al abandono que rige sobre este blog no se consuma en los próximos días.

 Saludos!

PD: Por cierto, si, “Condenado al abandono” fue otro candidato.

Leer más